Se fue

La noticia de ayer rompió por la mitad el mundo musical zaragozano. La marcha de Sergio Algora nos deja a todos los que nos movemos por ese mundo un poco más huérfanos, más cojos, más tristes. Letrista sin par en todos sus grupos, poeta y escriba (desde su columna en Heraldo a sus colaboraciones en Zum), maestro del buen vivir, el vino y las cañas, encargado del forum de la Fnac durante mucho tiempo (y con un blog en su web Club Cultura), selector de buena música y un sinfín de cosas más. Los que le conocían sabían que su corazón no andaba al mismo ritmo que el de los demás y por eso le ha fallado, pero quizás también por eso escribía así, muy desde dentro pero mirando muy hacia afuera, más lejos de lo que el resto llegábamos a imaginar.

Ayer se dijeron muchas cosas sobre él, todas buenas, todas reales. Quién más quien menos le había visto por El Fantasma, detrás de la barra del Bacharach o del mostrador de Plasticland, en sus curiosas sesiones a los platos en La Casa Magnética o en algún concierto, suyo o ajeno, y ese mero hecho de verle le hacía ser más que el cantante de El Niño Gusano o La Costa Brava. De todo eso escrito y dicho me quedo con muchas, desde las palabras de Fernando So Young en su blog a las de Sergio del Molino en el suyo, pero sobre todo con el montón de gente anónima que ha inundado de comentarios con cariño, nostalgia y sentimiento la noticia aparecida en la web del Heraldo:

Natxo: “Nos dejas un mundo un poquito más triste, un poco más feo sin tí, pero un poco más hermoso gracias a todo lo que creaste”. SS: “Hay personas que sólo son una cara conocida, un amigo de un amigo, alguien que te abre la puerta de su bar y te sirve una caña, la voz de una canción en tu coche, un arqueo de cejas para saludarséquiéneresperonosetunombre al cruzarse por una calle del casco. Esas personas que son infinidad de pequeñas cosas de la vida de uno sin llegar a saberlo por completo”. Clori: “Muy poca gente se olvida”. Evss: “Un viaje a la luna, un dulce viaje. Si nos viera llegar cerraría los ojos cansada, pronto estaremos con ella, nadie tiene sueño, nadie volverá. Las estrellas me dicen adiós, con mis manos yo les lanzo besos. Y de mí, volando se olvidan, no lo olvidéis ...”. Javier: “El hombre bombilla se apagó”.