A raíz de un par de comentarios que se han dejado por aquí sobre el sonido de los escenarios de la Expo me parece lógico ahondar un poco más en el tema, sobre todo después de que esta semana se hallan dado algunos casos flagrantes. Entre esos ejemplos la diferencia de volumen entre ese horror que fue Canteca de Macao y los mexicanos Café Tacuba, igual que la propia Patti Smith ayer mismo, el efecto "mono" de la actuación de Paul Weller y especialmente la falta de previsión en el Balcón de las Músicas en el concierto de la francesa Colleen (música clásica y de juguete pero tamizada por la electrónica, una preciosidad vamos). El primero de los tres días que actuaba apenas se la oía por el ruido del agua de las cascadas del Acuario y por el grupo de percusión que estaba abajo, junto al Pabellón del Caribe. Ayer domingo tuvieron la genial idea por fin de llevarse a los percusionistas un poco más lejos para evitar el solape.
Dicho esto vamos con el meollo de la cuestión que es la falta, en muchos casos, de profesionalización de los técnicos de sonido. Del "casting" que realizó la empresa (Zesmusic para más señas) antes de comenzar la Expo se seleccionaron aproximadamente unos 100 técnicos para los distintos escenarios (Anfiteatro, Balcones, Plazas...), muchos con experiencia demostrada y que saben lo que hacen. El problema (para la empresa claro) es el de siempre, cuanto más profesional se es más nómina se exige y mejores condiciones se demandan (es lo haríamos todos ¿no?) y eso parece que la empresa no está dispuesta a asumirlo. De esta forma, se han contratado a personas sin experiencia y que no saben utilizar el material que manejan (mesas digitales, instrumentos fuera de lo corriente...) a los que se les ha formado con un cursillo de una semana a toda prisa. A ver, todo el mundo tiene derecho a trabajar y a que se le de una oportunidad, pero las cosas, y más en un evento de estas características, no se hacen así. Ahorrar en sueldos de profesionales para que las cuentas cuadren mejor (o sea que la empresa gane más) va en detrimento primero de los trabajadores y del servicio (jornadas maratonianas de hasta 11 horas, malas condiciones, etc) y después de quienes cada día vemos y oímos los distintos actos en la Expo.
Esta queja no va contra la labor de los que están trabajando allí que bastante tienen con lo suyo sino a quienes les dirigen y a cómo les dirigen (y sigue aquí). Las cosas se pueden hacer mucho mejor. Ánimo chavales.
Y dicho esto la recomendación de hoy pasa por ver primero a Marc Ribot a las 21:00, un genial músico norteamericano al que el rock se le quedó pequeño y no para de experimentar con él (colaborador entre otros de Tom Waits o Wilson Picket) y, entrada la noche como es habitual en el Balcón, el concierto del ruso Dj Vadim (breaks & beats) y la cantante Yarah Bravo, un proyecto que antes se llamó One Self (visitó Monegros Desert para más señas) y que ahonda en las raíces del hip hop y el soul.
lunes, 21 de julio de 2008
El (mal) sonido de la Expo
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1 Comment:
Es absolutamente cierto.
Yo he actuado con mi grupo en tres ocasiones en la Expo.
Dos de ellas fue en el escenario de la Plaza Aragón.
Pues bien, el personal de sonido era escaso y mal formado.
Uno de los días, solo el tecnico de mesa sabía que estaba haciendo. Había solo otras dos personas, que no conocían ni los tipos de micros que tenían y tuvimos que ser nosotros quienes les indicamos.
Ah, y el tecnico habia acabado la noche anterior a las 3 de la madrugada, cuando a las 9:30 estaba con nosotros...
Sin embargo el tercer día actuamos en el Palacio de Congresos y allí había gente profesional, con conocimiento y en número adecuado.
Como dices, la culpa no es de ellos. Es de su empresa, que por cierto no es aragonesa cuando aquí están las mejores de España, pero claro, cobraran como debe ser.
Saludos
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