miércoles, 23 de julio de 2008

¡¡¡¡Aleluya hermanos!!!!

Si os pregunto por cuál es la música que se puede escuchar en una Iglesia la mayor parte dirán que clásica, con un coro de voces celestiales y un arpa, el "Mesias" de Handel, el "Aleluya" de Mozart o el "Ave María" de Schubert. Otros más modernos y modestos responderán que una guitarra acústica en manos de un cura progre y los más arraigados a nuestra tierra que con una misa baturra en toda regla o una rociera. En cambio, si en lugar de estar en España estuviéramos en el sur de Estados Unidos, en ciudades como Lousiana o New Orleans de mayoría afroamericana, dirían que la Church Music, la música de Iglesias, es aquella con raíces en el blues y el jazz, esa que eleva el espíritu a fuerza de cánticos, aquella con la que un predicador desde su púlpito agita a las masas al grito de "¡¡¡¡Aleluya!!!!" delante de un coro gospel de orondas y poderosas voces.

Bueno, y todo esto a cuenta de qué dirán. Pues por la actuación estrella de hoy (junto con la del cantante egipcio Mohamed Mounir en el Anfiteatro por ser el día de Egipto), The Campbell Brothers (no, no tienen nada que ver con la famosa lata de Warhol). Este grupo es un auténtico fenómeno de la música espiritual y han actuado en numerosas iglesias evangélicas de Estados Unidos e incluyen en su repertorio numerosas canciones que hablan de Dios, del bien y de la religión, aunque no solo lo hacen allí. De hecho su popularidad les ha venido de las actuaciones en festivales de bluegrass y gospel y, aquí en España, de su participación en el festival de Jazz de San Sebastian. La principal característica de The Campbell Brothers, además, está en la utilización de un instrumento que les aleja de esos estilos y en cambio les acerca al country, pues utilizan la steel guitar (como las de la imagen), esa especie de guitarra horizontal apoyada en dos soportes y que se toca sentado.

Creyentes y agnósticos, espirituales o espirituosos, aficionados en general al blues y el jazz, no se los pueden perder hoy en el Balcón de las Músicas, sí, a esa hora hasta en la que Dios duerme.

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